sábado, 17 de noviembre de 2012

Una mirada al Zoológico Nacional de Cuba

Una mirada al Zoológico Nacional de Cuba

 El Zoológico Nacional de Cuba necesita ser restaurado para que continúe siendo un escenario natural digno del reconocimiento social.


Zoológico Nacional de Cuba 
Zoológico Nacional de Cuba: una de las atracciones principales de la isla. Foto: Carlos Cuba.


En Cuba, existen varias instalaciones de recreación y sano esparcimiento especializadas en la cría, cuidado, conservación y reproducción de varias especies de animales.
En La Habana, capital del país, se cuenta con varios de estos centros, entre los que se destaca, por su envergadura, el Zoológico Nacional.
Este sitio, a pesar de que reviste una gran importancia por su directa vinculación con la naturaleza, las bondades que ofrece y los conocimientos que genera, no cuenta con un programa de visitas enriquecido.
La lejanía, la poca promoción, la mala referencia ganada en los años más crudos del llamado Período Especial cubano (cuando se agudizó la crisis económica en la Mayor de las Antillas), entre otras causas, han favorecido tales condiciones. Hoy es raro ver a un cubano, fundamentalmente a un niño, que sepa hablar de este parque, máxime porque ni siquiera lo ha oído mencionar.

El Zoológico Nacional de Cuba dista del Centro Histórico

Este centro está ubicado a varios kilómetros del Centro Histórico de la urbe. Precisamente, su lejanía influye sobremanera en que personas con interés de visitarlo no lo hagan. Solamente existe una ruta regular de ómnibus que transita por zonas relativamente cercanas a esta institución, pero es desechada por la mayoría debido a las distancias que hay que recorrer para llegar y la desolación del sitio.
Es evidente que se impone disponer de un transporte a disposición personal para lograr el objetivo, ya que, incluso, estando en la parte del zoo que se quiere ver, la movilidad del visitante se hace engorrosa por su dimensión colosal.

Problemas del Parque Zoológico Nacional de Cuba

El Parque Zoológico Nacional de Cuba ha sido relegado en los últimos tiempos a un plano distante de los primeros. Es, sin dudas, una joya bruta en el espectro recreativo cubano. Su deprimida infraestructura, producto a un abandono casi integral por parte de las autoridades competentes, constituye tema de críticas entre quienes visitan la instalación.
El gusto estético parece haber desaparecido de este centro recreativo. Fachadas sin pintar, cercas perimetrales sin asegurar, caminos sin asfaltar y unidades gastronómicas con prestaciones de baja calidad, son solo ejemplos de todo un compendio de elementos desfavorables que le restan personalidad a este complejo, que ya se considera en peligro de extinción, conjuntamente con algunas de las especies que exhibe.

La parte positiva del Zoológico de Cuba

Aunque parezca paradójico, sin embargo, casi la totalidad de los ejemplares del zoo cubano presentan una buena imagen. Se puede notar que reciben una atención esmerada por parte de los especialistas y demás trabajadores encargados de atenderlos.
En la mayoría de ellos se aprecia un gran volumen corporal y una buena masa muscular, pulcritud, pelajes y pieles bien cuidados, lo que eleva la calidad de vida en su hábitat. No existen condiciones morbosas ni olores desagradables; solo los típicos de cada especie y que, incluso, hacen más realista el entorno.
Por las características exclusivas de esta instalación, no todos los animales se encuentran en cautiverio. Para hacer más viva, dinámica e interesante la oferta que se brinda, algunos deambulan y se recrean en amplios espacios, con casi absoluta libertad, y muy cercanamente a la vida real de equinos, felinos y ovinos, entre otras especies.
Un ómnibus dotado de estrictas condiciones de seguridad permite que quienes vayan en calidad de paseantes se regocijen con tal servicio, el cual constituye uno de los más llamativos de toda la cartera que allí se ofrece.
Urgen cambios en el Zoo Nacional de Cuba
Las autoridades gubernamentales competentes conocen claramente la desfavorable situación del Zoo Nacional de Cuba. Deberían tomar de la mano este tema y hacer evolucionar el actual acontecer. Acondicionar este inmueble, mejorarlo, restaurarlo, atenderlo, para hacer de este un escenario biológico franqueable y digno del reconocimiento social, se impone.
Elevar la calidad de los productos y servicios que brinda depende del concurso de todos, pero con el estado desempeñando el rol protagónico; máxime cuando se espera una donación de Namibia, que, sin dudas, enriquecerá este entorno vital.
Las nuevas generaciones de cubanos ansían contar con este destino recreativo que, por diversas razones, dependientes y no de la voluntad humana, ha dejado de ser una prioridad de disfrute. La promoción, utilizando las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación, y cuantas vías favorezcan este objetivo, también debe ser una meta a alcanzar. Lo que no se publicita, no se divulga, y esta es una excelente opción para gozar al compás de la madre Natura.
Transfigurar la actual complexión de esta insigne instalación cubana evitará que zozobre o mantenga la actual situación depresiva y agonizante. La nueva actualización de la estructura económica cubana deberá contemplar prioritariamente la reversión de escenarios como este, para que sea otra la mirada que se le haga al gran Zoológico Nacional de Cuba.

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