El
mercado interno cubano padece diversos males. En este artículo, algunas
causas y condiciones que los generan, así como un ejemplo claro de
maltrato al cliente.
En las últimas décadas, el mercado interno en Cuba ha
sido objeto de transformaciones que le han permitido evolucionar e
involucionar. Por las características del modelo económico de la isla,
todas las instituciones son estatales o mixtas, y en el caso de estas
últimas, el mayor por ciento corresponde a la parte cubana.
Por
otro lado, la situación financiera que atraviesa este país desde hace
más de 50 años, sin dudas ha influido en tal comportamiento, así como la
propia gestión de algunos directivos, desde la base hasta los más altos
niveles, que en varios casos ha sido deficiente hasta el punto,
incluso, de ocasionar colapsos económicos.
Irregularidades del mercado interno en Cuba
Actualmente, la nación caribeña
dista mucho de lograr un posicionamiento estratégico e importante en el
gusto comercial de muchos de sus habitantes, si comparamos las técnicas
universales del marketing con lo que aquí realmente se aplica.
A pesar de que se crearon cadenas de tiendas recaudadoras de divisas (TRD) o del peso convertible cubano, y otros centros con el mismo fin (diferentes de los que ofertan productos en peso cubano), existen numerosas irregularidades: el
maltrato a los clientes, la desinformación al consumidor y la
desaparición de artículos a la venta, sin que nadie sepa el porqué, son
solo algunos ejemplos.
“Toda regla tiene su excepción”, pero imperan ciertas dificultades
Como
dice un viejo adagio, “toda regla tiene su excepción”. Existen
directivos y empleados que hacen todo lo posible por cumplir con su
trabajo a cabalidad y así darle al comprador el lugar prominente que
merece.
Conocemos
que a veces los problemas no dependen de la gestión del dirigente de un
determinado bloque, y que si un producto cualquiera se desaparece de la
red, puede obedecer a lo que hizo, o no, el responsable a nivel
empresarial.
En
muchas ocasiones, se explica que el país no lo ha comprado más por
diferentes situaciones justificadas, pero en otras ni siquiera se
conocen las causas. Se infiere que sea por el “bloqueo impuesto por los
EE.UU.”, porque no existe un marcado interés en lograr la plena
satisfacción del cliente, porque los implicados no se preocupan y ocupan
de mantener estándares de calidad elevados, o, simplemente, porque
compran por comprar a fin de cumplir con “una orientación del nivel
superior”, entre otras razones.
Un producto desaparecido del Mercado Interno en Cuba
Un
ejemplo de uno de los últimos golpes propinados a los clientes lo
constituye la desaparición de las TRD de una colonia, bastante agradable
y económica, comercializada bajo la marca CIGAR, con una estampa,
fragancia y calidad considerablemente favorables en relación con su
precio.
Se
desconocen las causas de este exterminio, pero sea cual fuere debió
informarse a los consumidores como parte de la buena atención que
necesitan.
Existe
la variante de que no haya sido interés de los responsables continuar
con las compras, o de que simplemente alguien perdió los memoriales.
Podemos decir que desaciertos como estos, más que a nadie, afectan a
aquellos de quienes depende la propia empresa.
Muchas
veces, por no tener otras alternativas, por la falta de competencia
entre las tiendas similares en el país, así como por el poco sentido de
pertenencia y el bajo nivel de compromiso para con ellos, los clientes
tienen que resignarse a continuar sirviéndose del mismo lugar.
Los cambios para avanzar se imponen
A pesar de que en “la Mayor de las Antillas”
el tipo de trabajo que prevalece es el estatal, se impone el cambio de
mentalidades, de pensamientos y actuaciones retrógradas e ineficientes
que no caben en la aceptación de la mayoría de las personas.
Hay
que ser capaz de sentir como propia la entidad en la que laboremos para
tener la necesidad de luchar por ella y consagrarnos de verdad a ella.
Habrá que dar un giro de 180 grados, también, al tratamiento que reciben
los trabajadores de esta rama desde todos los puntos de vista,
incluyendo sus salarios, los cuales, para seguir hablando con franqueza,
aunque no son de los peores en el país, sí merecen su correspondiente
análisis.
Tendrá
la magia de la motivación, la delicadeza, el buen trato, la amabilidad y
la preocupación absoluta hacia la plena satisfacción de los demás, que
ir logrando imponerse en la vida cotidiana de los que trabajan en este
sector y en otros que marcan y pueden definir la vida de una sociedad.
Es
accesible y alcanzable el objetivo. Creo que todos, absolutamente
todos, podemos ser sujeto y objeto de esas transformaciones en el mercado interno cubano, pero debe existir deseo, interés, motivación, preocupación, ocupación, acción.
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